Invisible

Una a veces se sabe rota,
se sabe frágil o desdibujada;
se vuelve la piel papel transparente,
y los huesos, agua tibia.
El cuerpo entero se humedece,
y llueve.
Todo el ser se vuelve mar
—abierto, salado, profundo—
sin tierra firme por pisar.
¿Qué sostiene al mar?
Su propia tempestad.
¿Qué da fuerza al mar?
El ir y venir de su marea.
El horizonte se borra,
las líneas se difuminan.
Inestable, toda yo me sostengo
en el temblor de mis rodillas.
Cáscara a merced del viento,
Desaparezco y soy
invisible.

Texto curatorial para la exposición Invisible, en el estudio Roca-Barreto.