Una hoja de hierba

Por Walt Whitman

Creo que una hoja de hierba no es menos
que el curso trazado por las estrellas,
y que una hormiga,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana arbórea es una obra maestra
para lo altísimo,
y que la zarzamora podría adornar
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano
podría humillar a todas las máquinas,
y que la vaca paciendo cabizbaja
supera a todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente
para estremecer a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí
se incorporan el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy enteramente estucado
de cuadrúpedos y pájaros,
y que me he distanciado de lo que quedó atrás por buenas razones,
pero que puedo hacerlo volver hacia mí cuando desee.

En vano la prisa y la timidez,
en vano las rocas plutónicas
lanzan su calor ancestral cuando me acerco,
en vano el mastodonte se refugia
detrás del polvo de sus huesos,
en vano los objetos se alejan muchas leguas
y asumen formas multitudinales,
en vano el océano se asienta en las cavernas
y moran debajo los grandes monstruos,
en vano el aguilucho
hace del cielo su morada,
en vano la serpiente se desliza
entre lianas y troncos,
en vano el alce se oculta
en lo recóndito del bosque,
en vano el cormorán navega lejos hacia el norte,
a Labrador.

Yo les sigo velozmente, asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

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Créditos de la imagen:
Carleton Watkins (American, 1829 – 1916)
Cathedral Rock – Yosemite, 1861, Albumen silver print
40.8 × 50.8 cm (16 1/16 × 20 in.), 85.XM.361.31
The J. Paul Getty Museum, Los Angeles.

Traducción editada por MAM.