
Designios de lo Atemporal
Un breve recuento de los últimos diez años de colaboración artesanal del maestro Ángel Santos
La invocación a las musas y a los ancestros es un precepto y principio para hablar de las artes y de la artesanía, esto como buen augurio para que la palabra corra libre como los ríos, y desemboque en las aguas profundas del alma. Lo artesanal comparte el mismo destino. Es desde este reconocimiento que se escribe este relato, a manera de ofrenda, de memoria, de celebración de todo aquello que se congrega en la Tradición y en sus oficios. La historia del maestro artesano Ángel Santos no es una de las que se puedan resumir, y mucho menos abarcar, por lo que en este trabajo se presenta solo una breve parte de su insólito recorrido por parajes que trascienden lo palpable del objeto y la realidad de lo inmaterial, horizontes que ha atravesado junto a otros visionarios durante la última década. Aquí se reúnen los testimonios de mujeres y hombres que lo han acompañado en este transitar, por lo que se les reconoce y agradece la posibilidad de que este recuento vea la luz.
I.
Tradición y Tekné
“A veces se llama ‘oficio’, otras ‘tablas’, otras ‘profesionalismo’. Pero su raíz es tekne, conocimiento y experiencias unidos para expresar algo en el material que le corresponde.” Esta reflexión del artista y diseñador Mauro Kunst se expande hacia los conceptos de “técnica”, vista como capacidad, habilidad, modo, método, sistema —Quien posee “técnica” es el ser humano que ha dedicado buena parte de su vida a practicar lo que ama y que llega a dominar todas las artes y mecanismos que se lo permiten— y por otro lado, “tecnología”, que implica esa red de prácticas humanas dentro de la cual se lleva a cabo la manipulación de materia prima con el objeto de darle una forma funcional e útil, mismas que en su conjunto y sana dependencia bien pueden pensarse como la humana voluntad de creación, de uso y de goce.
Por ello se comprende que las técnicas tradicionales, las posibilidades tecnológicas, los principios del diseño, las prácticas contemporáneas de las artes y los procesos artesanales de producción no sean conceptos antagónicos, sino aliados. Así se expresa en la relación que el Maestro Ángel Santos ha mantenido con distintos agentes del diseño, la arquitectura y el desarrollo industrial durante más de diez años.
Hacia el 2009, cuando el maestro Ángel Santos participaba en la junta de gobierno del Instituto de Artesanía Jalisciense, y cuando la custodia y el resguardo de lo tradicional se manifestaba en una tendencia hacia el hermetismo y cierto recelo hacia la actualidad tecnológica, se expuso, en el marco de la feria comercial “Jalisco es artesanía”, una intervención anómala y subversiva en torno a las estrategias modernas de lo que se dió por llamar “la nueva artesanía”.
Ismael Rodríguez, arquitecto transdisciplinario que en aquel entonces formaba parte del equipo de investigación del Instituto, fue el actor de esta provocación que se decantó en el concepto de la “neoartesanía”, lo que significaba un punto de encuentro entre varios oficios y disciplinas creativas. Ese espacio que se generó en el interior del arte popular y lo artesanal supuso la posibilidad de que tales saberes dialogaran entre sí, al tiempo que se vislumbraban las ventajas que supone el incorporar estrategias multidisciplinarias en el proceso técnico y creativo de la producción artesanal. Aquel concepto que causó gran revuelo en aquellos años, encontró una fuerte resonancia en la labor de Ángel poco tiempo después…
II.
La transmisión del saber
Tras ciertas visitas a talleres de artesanos para familiarizarse con las técnicas tradicionales, Ismael llega al Taller de Ángel Santos, quien se presentó como un artesano que le habló de naguales, de barro bruñido y de otras tantas alegorías fantásticas que estallaron en su cabeza. En el año 2010, volvieron a coincidir en el Foro Nacional Artesanal de Zacatecas, al cual Ángel fue invitado como conferencista magistral, y en donde esta vez le fue presentado desde otro lugar: el lugar del Maestro.
“El trabajo de Ángel no solo tiene que ver con la producción de un objeto, sino que es una fuente de saber, y tenemos que ser responsables para preservar sus ideas, sus teorías, su forma de ver y de entender la vida […] La academia necesita de personas como Ángel, ya que esto que expongo como una dialéctica del saber-hacer al hacer-saber es una deuda pendiente que tenemos las personas que tenemos el privilegio de habitar estos dos espacios, y por lo tanto desenvolver u exponer las claves que a nosotros nos han permitido convivir con estas dos realidades.”
—Ismael Rodríguez, Neocrxft.
Tales transferencias entre los talleres artesanales y el ámbito educativo a veces parecerían suceder con un abismo de por medio, comenta Ismael, mas en el caso de Ángel fueron afianzándose a través de fértiles alianzas con estudiantes de diseño y carreras afines. Tal es el caso de su encuentro con Laura Noriega, diseñadora y directora creativa de la marca Tributo, quien a inicios del 2014 diseñó un taller para alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, el cual tenía como objetivo promover la colaboración con maestros artesanos y exponer los productos resultantes que tuviesen el nivel. De esta iniciativa surge “Sabor a mí”, una colaboración entre Ángel Santos y dos de los alumnos del taller, Mariana Solís y Vibani Rodríguez, quienes, inspirándose en distintos ingredientes gastronómicos representativos de México, crearon los productos “Chile seco” y “Oro cacao”, respectivamente. Estas piezas fueron exhibidas en la entonces Feria de Diseño de Londres, y posteriormente se incluyeron dentro de la colección de Tributo como parte del lanzamiento de la marca en el Abierto Mexicano de Diseño. Desde entonces, ambas piezas se producen en el taller y se comercializan tanto dentro como fuera del país.
Esta experiencia del taller detonó diversos retos y aprendizajes dignos de detallarse: en el desarrollo de una de las piezas, que consistía en la elaboración de una sonaja de barro, se presentó el reto técnico de encontrar un material adecuado que se pudiese quemar dentro de la pieza, soportando las temperaturas elevadas del horno sin derretirse, y al mismo tiempo que generara el sonido propio de una sonaja, como cuando se agita un chile seco. La solución vino de Ángel: empezó por intentar con semillas, luego con metales y luego con balines, hasta dar con el material idóneo. Se analizó el molde, y sus modificaciones fueron decididas por él en conjunto con la diseñadora.
Respecto a la otra pieza, una taza de barro bruñido, se presentó un error en el modelo tridimensional que generó una línea transversal en el producto, la cual, a sugerencia de Laura, permaneció en el diseño como un gesto distintivo del diseño; después de todo, Ángel tenía la maestría y el pulso para dibujar la línea fina y recta que atravesaría el exterior y el interior de la vasija. Por otra parte, las tonalidades de la pieza se eligieron en conjunto según las posibilidades del taller en resonancia con el concepto del diseñador, que correspondía con los degradados del cacao, su fuente de inspiración.
La manera de resolver la absorción de los líquidos que presenta el barro como material poroso, surgió de la visita de una amistad chilena, Carlota Durán, quien vino a México a un taller en el que conoció a maestros artesanos en Oaxaca, provenientes de Puebla, quienes le enseñaron a impermeabilizar el barro de una forma natural sin la necesidad de usar esmaltes comerciales, de manera que pudieran contenerse líquidos en él. Así se consiguió una pieza cuyo acabado en mate no se limitó a lo decorativo, sino que más bien embelleció su utilidad.
Este proceso da cuenta de que a veces las limitaciones devienen en hallazgos fortuitos, los errores resultan lo más bello del diseño, y los conocimientos de otros maestros influyen de manera indirecta en la respuesta a una problemática particular. Los cruces entre el aula y el taller, entre la educación y la tradición, entre el diseño y lo artesanal dan frutos únicos; para Laura y para Tributo, “esta es una forma de preservar la técnica y ponerla al alcance de nuevas generaciones en estas configuraciones y propuestas contemporáneas”.
III.
Pensar el objeto — Materializar el pensar
En el 2014, fuera de una lógica académica, formal u oficial, se suscitó el deseo de explorar libremente la materia desde la concepción de un laboratorio que lograse dislocar la cotidianidad. Así lo expresa Ismael, cuyas inquietudes se fraguaron —insospechadamente— bajo tierra, en la bóveda del Taller de Ángel Santos. Es en las entrañas del subsuelo donde se encuentra el tiempo, espacio y silencio necesarios para la conversación aguda y agitadora en torno a lo matérico y lo substancial. “ALTER / ego ] [ territorio”, fue el nombre de este seminario que reunió durante dos días a personas de perspectivas diversas con el fin de profundizar sobre aquello que aparentemente era solo aprehensible con las manos.
“En todo ello, Ángel soltaba línea, hacía declaraciones, revelaciones, casi premoniciones, ya que incluso desde entonces hablaba de la necesidad de pensar nuevos objetos. El encuentro era una hoja en blanco: ya no solo se hablaba de “diseño”, ni tampoco de “artesanía”, sino de encontrar un espacio seguro para atreverse a filosofar sin reparo o pretensión…”
—Ismael Rodríguez, Neocrxft.
Las experiencias que se vivieron fueron documentadas en bitácoras, en fotografías, en video y en un documental; una memoria viva que se presentó tres meses después en la Galería Kukuruchos en Guadalajara, durante julio y octubre del mismo año, bajo una exposición en la que se mostraron los ejercicios y, más allá de la pieza finita y definida, el proceso creativo de principio a fin: se dispusieron los costales de barro, la masa, las velas, una performance… todo un desdoblamiento dramático del proceso de producción. Ángel fue la clave para que esto ocurriera.
Es en este revuelo del objeto y la materia que aparece Luis Cárdenas, diseñador industrial, quien les había seguido la pista desde mayo de ese año durante una sesión de PechaKucha dedicada a los artesanos en Tonalá, misma que se llevó a cabo en la Capilla de la Cruz Blanca y en la que Ángel, junto a otros maestros artesanos, conversó sobre su trabajo y técnica artesanal. Posteriormente, Luis participó en el Seminario junto a su socia de Popdots, Melissa Aldrete, y desde entonces han sido testigos, cómplices y partícipes de encuentros, seminarios, charlas y posibilidades editoriales en proceso a lo largo de los últimos siete años. Al respecto de su primer encuentro con Ángel, comenta que lo que le llamó más la atención es que “su labor artesanal comienza desde la palabra misma.”
“Las búsquedas con Ángel siempre han sido interesantes… No hemos realizado o producido un objeto o producto en conjunto, pero hemos conversado sobre el origen de las cosas, las posibilidades de las cosas y las responsabilidad de las cosas. Creo que la manera en la que Ángel traduce e interpreta la idea de lo artesanal da origen a nuevos caminos y muchas veces el diálogo invita a entender que a veces solo estamos haciendo por hacer”
—Luis Cárdenas, Pop Dots.
Dos años después, en el 2016, se consumaría un segundo experimento del seminario que en adelante se llamaría “El objeto de pensar el objeto”, puesto que tendría como eje la filosofía y la conversación, en donde las acciones vinculadas a lo artesanal y a lo material estimularían el proceso intelectual. Desde entonces se acordó que el encuentro tendría lugar año con año en Tonalá, en el marco del Día de Santo Santiago celebrado el 25 de julio, percibiendo que tal ebullición en el territorio, tales preparativos para la fiesta y esa atmósfera mística, psicomágica y performativa del lugar conformarían un ambiente propicio para el hiato de aquel fin de semana, una cesura en el tiempo que permitiría adentrarse en un retiro igualmente surreal.
IV.
Lo ritual-artesanal
En el entreacto de los talleres y las ediciones del Seminario, sucedieron más encuentros, más visitas y más exploraciones motivadas por Ángel en su taller, provocaciones que rozan el campo de lo poético, lo ritual y lo performativo:
“Yo cogía un trozo de barro y lo azotaba y empezaba a formar prismas. En otros momentos, Ángel sugería que experimentara con moldes, entonces trabajaba bajo principios de repetición: hacía cortes, formas amorfas, que no obedecían a un criterio de diseño ni tampoco de artesanía porque no estaba respetando paletas de color, ni procesos, ni nada… Así empezaron a acumularse estos vestigios escultóricos que con el paso del tiempo me dio la suficiente confianza para resguardarlo como un cuerpo de obra, y que en el 2017 me sirviera como carta de presentación para la primera exposición que tuve en China. Esos procesos, esas documentaciones, fueron parte fundamental.”
—Ismael Rodríguez, Neocrxft.
Previamente, en 2013, se había realizado y documentado un ritual en donde a través de las conversaciones con Ángel, Anselmo y Rafael González —padre e hijo que trabajan el torno en El Rosario,— Ismael encontró que esa relación que tenían como amigos podría conectar a través de piezas que pusieran a prueba lo que se sentía en el momento. Así se formó la colección de vasijas nombrada “Olos”, misma que se terminó exhibiendo ese año en la Bienal Arte/Sano ÷ Artistas, en su versión 3.0, en el Museo de Artes Populares de la Ciudad de México. Por su parte, el material audiovisual que constituyó el cortometraje del ritual viajó por un par de festivales de cine y estuvo presente en diversas exposiciones, como en la Exposición de Arte contemporáneo Latinoamericano “Compartiendo la Belleza” que tuvo lugar en el Museo de Arte Mundial de Beijing en el 2017.
“Esto que se había originado años atrás, producto de las conversaciones y de los ejercicios, cada vez cobraba más relevancia: podía ser lo suficientemente flexible para rozar aún el campo del diseño pero que cada vez más se instalaba en una conversación contemporánea del arte […] Parecía que el tratamiento era muy poético. Estas piezas terminaron siendo tratadas con mi cabello y con mi barba, como parte de un ejercicio de transferencia de la identidad, de la máscara, y esas cosas que solamente podrían ocurrir con Ángel…”
—Ismael Rodríguez, Neocrxft.
En 2017, tras un nuevo evento que de nueva cuenta ameritó el afeite y su procesamiento ceremonial, Ismael vuelve al taller de Ángel, quien preparó el yeso y vertió la mezcla sobre su cabeza. Así se realizó el molde con el que se realizó una instalación escultórica de más de cien cráneos que sería expuesta en este 2021 en Aguascalientes. Tal metástasis hacia nuevos soportes, discursos y representaciones configura un circuito de fuerzas invisibles que no se percibirían si no hubiera barro de por medio.
V.
Lo contemporáneo y lo ancestral
La trayectoria de Ángel Santos también es un claro ejemplo de la convergencia entre el diseño actual y las técnicas de producción tradicional: una reconciliación entre lo que asumimos como contemporáneo y lo que se nos presenta como ancestral. Es esta relación entre la herencia y la vanguardia la que permite vislumbrar lo atemporal, esto es, aquello que no caduca y que si bien no es del todo una novedad, sí que actualiza la dimensión creativa, imaginativa y poética de lo intrínsecamente humano.
“Ahora, que la tradición expresa ya ficción, aves, peces, animalía y paisaje mayormente imaginarios, en la actualidad de agrestes y conturbados parajes urbanos, las habilidades y saberes se han fatigado en un esquema perenne. No es el oficio el que indica nuevas rutas, si no más bien la necesidad y la necedad de crear, de generar nuevas rutas de expresión, nuevos productos para el entorno actual.”
—Reflexión de Ángel Santos, preservada en la memoria de Luis Cárdenas.
Desde esta línea de fuga, en el 2015, los arquitectos Enrique Tripp y Sofía Contreras comenzaron a trabajar con Ángel y con su taller a partir de la idea de hacer una marca de lámparas que pudiesen desarrollar de la mano de artesanos con técnicas tradicionales. Conocían el trabajo de Ángel a raíz de su colaboración en una exposición universitaria, por lo que luego de contactarlo y visitar su taller, conversaron sobre la viabilidad de realizar ciertas piezas. Las lámparas de barro que se produjeron a raíz de ese encuentro fueron las primeras lámparas de Filamento, el taller de luminarias artesanales, que se siguen produciendo a la fecha. Este modelo fue nombrado “Nahual”.
En lo sucesivo siguieron trabajando con nuevas piezas, moldes y acabados, conforme las posibilidades de realización se desplegaban, y conforme las soluciones de Ángel frente a sus distintas propuestas o problemáticas se materializaban. Las luminarias aparecieron primero como ideas, luego como bocetos y dibujos, hasta pasar a la muestra, al molde, a la materia, luego al detalle del color y el acabado: color crema bruñido, acabado mate, de barro natural, el negro y el quemado. Todo un ejercicio de diseño, conceptualización y ejecución enraizado desde sus inicios en el proceso artesanal, en el cual, como en toda experimentación, se han presentado distintas condicionantes que han permitido encontrar salidas dentro de los límites y aciertos dentro del error. Todo ello ha encontrado respuesta y solución en el ingenio y exploración del Maestro Ángel Santos, quien, según afirman, “nunca dice ‘no’”.
“Nos encanta trabajar de la mano de Ángel Santos, él como persona siempre ha sido con nosotros muy abierto, siempre dispuesto, difícilmente dice que no, nos ha demostrado que siempre se puede y siempre busca la manera de lograrlo. Además de demostrar su compromiso hacia su trabajo, nos ha demostrado un amor hacia la técnica del barro bruñido que nos ha enseñado a nosotros a valorar cada vez más su trabajo y esta técnica en específico, nos ha transmitido su pasión y valor por su trabajo que nos ha enseñado a nosotros a hacerlo también. No vemos solo piezas de barro, en este caso “lámparas de barro” vemos lo que hay detrás de las piezas: trabajo, dedicación, constancia, amor y pasión, valores imposibles de encontrar fuera del trabajo artesanal.”
—Sofía Contreras, Filamento.
La parsimonia del horno al quemar las piezas, la dimensión de la demanda, el apremio con el que el tiempo avanza, la humedad de la lluvia, la sequedad del calor, la resistencia de la materia en el fogón, el viento y su travesura, el anquilosamiento del frío o la ferocidad de los rayos del sol, la porosidad de la tierra, la misteriosa aparición del color, la festividad del Santo y cualquier otro motivo de celebración, conforman la trama del proceso artesanal. Así, respetar los tiempos del artesano, es respetar los tiempos de la naturaleza y de su herencia cultural.
“En Filamento creemos mucho en el trabajo en equipo y sabemos que los artesanos que son parte del mismo, no solo representan una mano de obra si no que son tan importantes como la creación de las piezas. Creemos que los artesanos son una pieza fundamental no solo de nuestros procesos de producción si no como cultura ya que ellos, con su conocimiento transmitido de generación tras generación, suman una parte importante a nuestros diseños mismos que de alguna manera son el alma de las piezas. Los artesanos son una viva expresión cultural que refleja el valor de nuestras raíces.”
—Sofía Contreras, Filamento.
El diseño simple y contemporáneo de proyectos como Filamento ha logrado que más personas conozcan la potencia de lo artesanal y vean el trabajo que hay detrás, más allá de la preconcepción sobre lo tradicional. La misma complicidad puede apreciarse en la valoración que Tributo promueve hacia el trabajo en conjunto:
“Como diseñadores industriales, era muy difícil ver nuestros productos fabricados, puesto generalmente todas las propuestas se quedaban en papel; esta oportunidad de retomar los procesos tradicionales de transformación de los materiales es lo que nos ha dado la oportunidad de ver tantos productos de diseñadores mexicanos, accesibles y al alcance de todos en un esquema económico-comercial. Desde el punto de vista del diseñador, es una gran oportunidad para ponernos en práctica y así poder lograr un perfeccionamiento de nuestras habilidades […] El diseñador fue el puente entre los talleres artesanales y el mundo contemporáneo, lo que resultó en muchas colaboraciones sucediendo al mismo tiempo en todo el país. Esto trajo diversos beneficios tanto para los diseñadores como para los talleres artesanales que tuvieron esta apertura, flexibilidad y visión de abrirse al cambio y a la adaptación con estas nuevas propuestas.”
—Laura Noriega, Tributo.
VI.
Mi taller es tu taller
Más allá de la relación de maestro-aprendiz o de artesano-diseñador, en el taller de Ángel Santos se establece una relación horizontal que anula cualquier impedimento para el libre compartir de saberes, técnicas, y experiencias. Esta apertura se expresa en la generosa invitación que Ángel extiende al decir: “Mi taller es tu taller”.
“El taller de Angel es más un portal que un espacio de creación; el tiempo ahí se detiene y hasta se percibe que va en diferente dirección. Creo personalmente que la sinergia y amistad con Ángel y su taller me ha hecho comprender que la artesanía no es una respuesta, si no una de las mejores preguntas para cuestionar la actualidad.”
—Luis Cárdenas, Pop Dots.
Una de las respuestas que ha provocado este abrir de puertas es un taller que reserva la tarde de los sábados para compartir materiales y saberes, al que asisten personas de todas las edades, de todos los perfiles, gustos, pasiones y personalidades. La gran diversidad de estilos y piezas que se generan en ese espacio es un reflejo de la fuente inagotable de imaginación a la que cualquier persona accede cuando tiene una masa de barro entre sus manos.
“El taller sabatino es un espacio que nos ha abierto el maestro Ángel Santos para compartir sus conocimientos y habilidades. Este taller nos ayuda a desarrollar la creatividad, a alimentarnos culturalmente y a relacionarnos con personas que también tienen la inquietud por aprender esta técnica […] este taller nos ha aportado esa convivencia con personas de todas las edades y opino es de gran beneficio para la salud mental y emocional. También considero que dentro de este taller surgen ideas y nacen iniciativas en los participantes para llevar lo aprendido a otros lugares y a otras mentes.”
—Alma Romero, Taller Sabatino AS.
La importancia de la relación personal que naturalmente se forja en estos talleres y colaboraciones da cuenta del valor de lo afectivo en la trayectoria del Maestro Ángel Santos y en su dedicada labor como promotor cultural y artesanal, misma cuyo eco no sería posible sin tal cercanía, calidez y amistad.
“Es mi amigo, mi guía, mi maestro. Me ha indicado una manera de ser, de ver las cosas, una manera de caminar, de convivir como ser humano, y de anular por completo esos celos que, muchas veces cuando se habla de lo artesanal, parece que se ha vuelto el impedimento para que las técnicas y los saberes puedan trascender. Ángel no tiene miedo, creo que por eso está más presente que nunca, y que su nombre será escrito y será recordado. Es un agente de contagio.”
—Ismael Rodríguez, Neocrxft.
En palabras del Maestro Ángel:
“Conforme pasa el tiempo le doy más importancia a la interacción que hemos tenido con personas […] hemos aprendido y nos hemos visto desde otro ángulo, nos hemos puesto a prueba más de alguna vez y todo ello nos ha ayudado a crecer, a mejorar…”. Y alguna vez confesó: “Yo me he propuesto llegar a media vida aprendiendo, y otra media vida desaprendiendo”.
Es por ello que Ángel se ha des-convertido en lo que ahora es, tanto para sus aprendices como para sus seguidores y colaboradores: un Maestro, un amigo, y un artesano al que reconocemos, queremos y respetamos.